Tuesday, January 29, 2008

"No pares"

El consejo que ha pasado ya más de una vez por mis oídos.
Se refiere, como imaginarán, al vicio y oficio que es escribir.

[Me imagino, Andrea, que tú también has de haberlo escuchado alguna vez.]

Me remonto a los tiempos no tan lejanos del Taller de Narrativa… Eran cuatro gatos: Pedro y Paul que dirigían el taller, y Mariano y Carlos, críticos y cómplices. La única gata era yo, el quinto elemento de aquellos miércoles por la tarde después de clase, llenos de palabras no siempre reconocidas, cuentos cortos y nuevos, críticas comunes y risas desmesuradas. La mejor hora de mi semana: era feliz en ese mundillo dolorosamente efímero donde compartíamos las fantasías en las que cada palabra contaba.

De pronto, luego de una historia, llegó la frase. “Lánzate a la piscina nomás. No pares.”

Y así creció mi ya existente ansiedad por vivir mi vida escribiendo algo. Siempre. Lo que fuera. Bueno o malo. Incluso al margen de las tantas trastadas de la inspiración, que te dejan sin aire justo cuando lo que necesitas es una bocanada. Y el dolor es que esa frase fue ominosa, como una maldición. La creciente ansiedad se encontró de lleno con la ausencia de la musa. O la musa con la falta de tiempo. O de ánimos. Nada concuerda, nunca.

Sin embargo, fui obediente. De manera irregular e inconstante, no paré nunca. Aunque fuera un poema esporádico, o un cuento difícil como un parto. Esperando siempre. Aunque fueran solo dos palabras que, contrapuestas, pintaran una imagen inolvidable. O un modesto post en algún lugar de la web...

Sé que en algún momento volverán el viento y la magia. Y entonces no voy a parar.

1 comment:

Reaño said...

Pues... las musas suelen ser bastante putas... no pares, dale duro al teclado, dale duro al acelerador y... atropéllalas!