El grito del escritor

Tienes razón, Sol, he oído este camaleónico consejo de diferentes lenguas y colores. Y cuando digo camaleónico me refiero a las múltiples variaciones metafóricas que experimenta, aunque la escencia es la misma.

La frase es dolorosamente cierta. No existe otra manera de escribir si no es integrándola a una rutina: sentarse todos los días frente a la pantalla, en una hora fija y relajada, a librar una dura batalla contra la traumatizante hoja en blanco. Venceremos cuando nuestros magnánimos generales (los conocimientos) ordenen a nuestro poderoso ejército (las letras) conquistar sus níveos y vacuos dominios. El pensamiento se impone sobre la nada.

Pero no desesperen. Les dejo un tip muy práctico para superar esa odiosa etapa que atravesamos los escritores, más conocida como "bloqueo creativo". Diego Parra Duque, consultor en creatividad colombiano, recomienda en su libro Creativamente que todos los días, al despertarnos, debemos escribir en tres hojas de papel todo lo que pase por nuestra mente en ese soñoliento despertar: sentimientos, pensamientos, sueños, etc. Repetir este ejercicio durante tres meses, y no sólo estimulará la creativdad, también aumentará la capacidad de concentración.

Recomendado para los amantes de las letras.

"No pares"

El consejo que ha pasado ya más de una vez por mis oídos.
Se refiere, como imaginarán, al vicio y oficio que es escribir.

[Me imagino, Andrea, que tú también has de haberlo escuchado alguna vez.]

Me remonto a los tiempos no tan lejanos del Taller de Narrativa… Eran cuatro gatos: Pedro y Paul que dirigían el taller, y Mariano y Carlos, críticos y cómplices. La única gata era yo, el quinto elemento de aquellos miércoles por la tarde después de clase, llenos de palabras no siempre reconocidas, cuentos cortos y nuevos, críticas comunes y risas desmesuradas. La mejor hora de mi semana: era feliz en ese mundillo dolorosamente efímero donde compartíamos las fantasías en las que cada palabra contaba.

De pronto, luego de una historia, llegó la frase. “Lánzate a la piscina nomás. No pares.”

Y así creció mi ya existente ansiedad por vivir mi vida escribiendo algo. Siempre. Lo que fuera. Bueno o malo. Incluso al margen de las tantas trastadas de la inspiración, que te dejan sin aire justo cuando lo que necesitas es una bocanada. Y el dolor es que esa frase fue ominosa, como una maldición. La creciente ansiedad se encontró de lleno con la ausencia de la musa. O la musa con la falta de tiempo. O de ánimos. Nada concuerda, nunca.

Sin embargo, fui obediente. De manera irregular e inconstante, no paré nunca. Aunque fuera un poema esporádico, o un cuento difícil como un parto. Esperando siempre. Aunque fueran solo dos palabras que, contrapuestas, pintaran una imagen inolvidable. O un modesto post en algún lugar de la web...

Sé que en algún momento volverán el viento y la magia. Y entonces no voy a parar.

To blog or not to blog

That is the question. A parte de tu inusual acento peninsular (que no está nada mal, por cierto), más inusual aun resulta el por qué de este blog. Vivimos en tiempos de revolución virtual muy a lo Matrix: la red de redes está plagada por miles de millones de trillones (sin exagerar) de blogs y siguen multiplicándose a cada minuto. ¿Será la necesidad de expresarnos de diversas maneras? ¿O un simple pasatiempo que está desplazando al crucigrama? La verdad permanecerá oculta hasta el momento de publicar... y ya lo venimos haciendo. El siguiente paso, el tiempo lo dirá. Solcito, ¿lograremos descifrar este misterio?

...de blogofilicas y otros demonios

Hmmm, un blog más para la lista... ;)
[Me parece que viene a ser el tercero para cada una...]

Imagino que os preguntareis (aparte del uso inusitado del español peninsular) …¿por qué otro más? ¿A qué tanto afán de llenar las redes con lo primero que se les venga a la cabeza?

No es que seamos blogofílicas ni nada por el estilo.
Es solo que nos gusta escribir. *desenfundando el revolver [si tuviese uno]* ¿Algún problema con eso?

...
Aparte (y uno de los argumentos decisivos), ambas sabemos lo que es tener el blog descuidado una buena temporada. La idea es poder tener, entre las dos, uno que este actualizado de manera más constante.
Asumiendo, por supuesto, que los bloqueos no son simultáneos.

Salud, Andreita. Y bienvenida. A ver cómo nos va… ;)